Iron Maiden en concierto.
Es 24 de febrero, viajando por el metro de la ciudad de México se puede sentir el ambiente de lo que sucederá a partir de las 2 de la tarde en el foro sol, conforme van pasando las estaciones cada vez más playeras negras y greñas largas van invadiendo el transporte. La gente comienza a aglomerarse a los alrededores del foro sol mientras observan la mercancía de los puestos ambulantes, en tanto la gente comienza a regatear preguntando: ¿ya es lo menos?; porfa écheme la mano, es todo lo que traigo; no sea gacho, etc., etc.
Aun faltan 2 horas, sin embargo la gente ya comienza su entrada, para poder alcanzar el mejor lugar posible, sin embargo algunos aprovechan su ultima bocanada de tabaco, otros tantos prefieren tomarse un par de chelas, para entrar ya enfiestados.
Entre los puestos ambulantes se populariza un casco de plástico con un estampado de Eddie y debajo las letras “Iron Maiden”, conforme me voy acercando al foro cada vez más fanáticos portan dicho casco, pero justo a 20 metros de llegar se oye a lo lejos las voces de los organizadores: ¡Prohibida la entrada con alcohol, pulseras, collares, mochilas………. Ah sí y cascos! Un duro golpe a los que presumían su nueva adquisición ya que absolutamente todos con un gran enojo insultaron a los organizadores con las palabras que solo daban el ancho de su furia: ¡Puta madre!, ¡Chinga tu madre!, ¡Vete a la verga! Y otras tantas que por falta de tinta no escribo. Ni pedo, no quedo de otra que tirarlos a la basura,” los 50 baros mas mal gastados de mi vida”, exclamaban algunos.
Finalmente la hora se acerca y como siempre: el mexicano todo al último, pues la gran mayoría apenas comienza a llegar, cada vez la respiración de todos es más agitada y no precisamente por la emoción, si no porque las multitudes comienzan a amontonarse, la gente de baja estatura se ahoga entre las multitudes, mientras que los que se igualan con Michael Jordan dificultan la vista provocando que llegue tarde para ver al primer grupo.
Estando ya dentro veo que el primer grupo está tocando su última canción, por cierto nunca supe cómo se llamo la banda y que era lo que tocaban, muchos gritaban: ¡Ya bájenlos!, ¡Esos que! Así que decidí que no merecían mi atención, una vez que ya habían acabado salí a buscar algo de comida, paseándome por los puestos voy viendo los precios: 3 tacos por 60 pesos, 1 raquítico hot dog por 30 pesos, las hamburguesas sencillas 32, ah y si querías papas eran 10 pesitos más, y lo más doloroso a la vista: cerveza por la insultante cantidad de $70, así que tuve que conformarme con un refresco y una pizza individual, que era lo más barato y nutritivo que podía conseguir por $50. En tanto disfrutaba de mi fabulosa comida veo que la hija del bajista Steve Harris sube al escenario, y grita a través del micrófono: ¡Hola México!, la reacción de la gente y el gran aprecio por Lauren Harris se hace oir: ¡Ya bájate!, ¡No sirves!, ¡Hija de papi! Y demás. Mientras observo el espectáculo de repente veo volar directo al escenario uno que otro vaso vacio, basura y sorpresivamente algo que flota y que no distingo a primera vista, hasta que finalmente es reconocible: ¡Un condón!, al parecer el salvador y gran protagonista de la participación de Lauren Harris sobre el escenario.
Finalmente otro lapso de media hora de espera, me distraigo viendo como los de el staff arman todo el set para la próxima banda, y del fondo del escenario se baja un cartel negro y sobre este impreso unas letras rojas fácilmente reconocibles por el público, “al fin comienza lo bueno” gritaron algunos, así es se trataba de Morbid Angel, una banda muy querida por los metaleros allí presentes. Finalmente la banda sale al escenario y comienza tocando con gran energía, los asistentes comienzan a gritar y a brincar de la emoción y al fin después de 2 primeras lentas y sosas horas el slam se hace presente y los heridos también, no falta el típico mastodonte que con un solo dedo puede aplastarte y dejarte en muy malas condiciones, créanme lo digo por experiencia propia, ya que no pase más de 30 segundos vivo en el slam. Sin duda estos “muchachos” saben cómo prender a su afición y dejan el escenario cambiando el sabor amargo que habían dejado los primeros interpretes.
Desafortunadamente el sabor dulce duro poco, ya que la oveja negra (según la descripción de algunos) de aquel día se paro frente a los micrófonos del escenario, la tan odiada banda Atreyu ya estaba presente. La gente enardecida comienza a insultarlos, abuchearlos y claro por qué no, a aventar vasos, pero esta vez con contenidos de cerveza, refresco y no sé que más, espero no haber confundido cierto desecho orgánico con cerveza. La gente más decente tan solo alzaba las manos dejando su dedo medio al aire y gritando una que otra obscenidad. Ante la sorpresa de muchos un pequeño grupito comienza a armar el slam, “mugres emos” es la opinión de muchos de los asistentes al ver el alboroto y como era de esperarse una lluvia de basura comenzó a caer sobre ellos. Finalmente la tortura de muchos finalizo en cuanto Atreyu abandono el escenario. Realmente no conocía yo a esta banda, así que simplemente me dispuse a escuchar, más no a festejar por que tal vez me hubieran tocado muchos vasos y golpes.
2 bandas restantes y esta vez bandas bandas y no mamadas me decía un ebrio amigo, pasa de media hora y el escenario completamente vacío, la gente comienza a impacientarse y para calmar el aburrimiento los de general A gritan al general B: ¡Pobretones!, general B no se queda atrás gritando lo mismo a los de las gradas, los cuales definitivamente tuvieron que quedarse callados, pues su boleto era el más accesible, acabados los insultos entre el público comienza la guerra de vasos, de comida y de basura, los cuales vuelan de un lado al otro del foro sol, hasta que al fin todo se ve interrumpido por una voz grave y fuerte proveniente de las bocinas del recinto, el público inmediatamente dirigen sus cabezas al escenario y vaya sorpresa era el del staff probando el sonido: hello, hello ,can you hear me?, el público inmediatamente se lo hace saber mandándolo a chingar a su madre.
Han pasado 40 minutos desde la última banda y el cielo comienza a tornarse rojizo, finalmente una pancarta se abre, presentando al siguiente grupo: ¡Carcass!, tardaron bastante pero basto el primer guitarrazo para que el público comenzara a aplaudir y a poner en práctica su headbanging, el sonido es realmente estruendoso, sin dejar de ser magnifico a la vez, de nuevo el slam comienza a propagarse, esta vez con mayor rapidez que con Morbid Angel, esta legendaria banda ya se había separado en el año 1996, por culpa de una enfermedad que afecto gravemente al baterista, pero helos aquí 13 años después con un par de arrugas sobre sus caras, pero con la misma energía que cuando se forjaron como leyenda. El público realmente estaba emocionado con las interpretaciones del cuarteto inglés, solo que el baterista aun gravemente afectado por su enfermedad tuvo que ser reemplazado por el joven Ken Owen que no lo hace nada mal.
Entre aplausos y alabanzas Carcass deja el escenario, haciendo que de nuevo este concierto valga la pena para los asistentes, los cuales ya estaban bastante fastidiados de escuchar a pura banda pitera según sus descripciones, claro haciendo una honrosa excepción con Morbid, de nuevo otra vez la espera, son 7:30 de la tarde, finalmente el sol se ha ocultado y ahora la única fuente de luz son los inmensos focos provenientes de las gradas y del escenario, ahora el público está más tranquilo, sabiendo que el plato fuerte se acerca, al fin lo que se presentará en el escenario será lo que nuestro boleto nos prometió para este día. Las luces comienzan a desvanecerse lenta y gradualmente, dirigiendo nuestra atención hacía la única luz proveniente de las tarimas del escenario, de pronto una pantalla gigante nos pasa un breve corto introduciendo a la banda anfitriona, y de pronto las luces estallan y la música despega y con un pésimo español Bruce se dirige hacia su público: “Es bueno verlos de nuevo amigos”, el público grita de emoción y comienza a agitar la cabeza al ritmo de Aces High, un clásico de Iron, y así transcurre una tras otra canción que han quedado impresas en la mente de los espectadores a lo largo de los años, gente tanto joven como ya chochitos disfrutan de este espectáculo y realmente la edad no importa, pues tener frente a ti una banda que es más que leyenda en México y el mundo, lo vale. Sorpresivamente la banda toca canciones que según ellos jamás han tocado en vivo, lo cual es halagador para los espectadores y por sentirse así el lugar se infesta de cámaras de celular y una que otra semi -profesional de video que entro de contrabando, con el propósito de inmortalizar el momento, han pasado finalmente dos horas de puros clásicos del heavy metal y a pesar de haber estado más de 5 horas de pie, el público siguió con aun más energía que cuando comenzó el festival, finalmente Maiden se despide de su público y este le agradece coreando con todas sus fuerzas: ¡Maiden, Maiden, Maiden!.
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